Un diario local subió hoy vía Twitter la foto de un invitado durante la ceremonia de entrega de credenciales al presidente electo: Luis Favre, uno de los dos militantes del Partido de los Trabajadores (PT) que asesoró la campaña de Ollanta Humala. Aquí, un documento del PT del 2010 con sus propuestas acerca de la política internacional del partido en la región indica que «la izquierda latinoamericana busca no perder ningún gobierno (que se vaya) a la derecha».
El documento de 119 páginas precisa que no necesariamente es la posición institucional del PT, pero todos los textos son firmados por el secretario de relaciones internacionales del partido oficial brasileño, Valter Pomar.
En otra parte del documento, Pomar indica que desde 2003 (cuando asume Lula como presidente) el PT pasó a tener influencia en la política externa del gobierno brasileño. Lean este ‘Cuaderno número 7’ o los fragmentos seleccionados y subrayados, a la luz de la foto mencionada de Favre, el Cristo de Odebrecht, y el comentario reciente del embajador de Brasil sobre la alcaldesa Susana Villarán. En las redes sociales están refiriéndose ahora a Chorrillos de Janeiro por la presencia de la copia de la imagen del Corcovado.
Peruanos expatriados en las elecciones del domingo, Palau Saint Jordi: Barcelona.
Algunos amigos y colegas están tristes, decepcionados, desconcertados. Todos entienden qué ha pasado en la primera vuelta electoral, pero vemos las reacciones racistas e insultantes contra quienes votaron por Ollanta Humala y Keiko Fujimori y esto nos devuelve la imagen de una sociedad fragmentada, polarizada socialmente, con odio contenido. Varios han dicho que tienen la misma sensación de 1990, cuando la mayoría prefirió al desconocido Alberto Fujimori que al hoy Nobel MVLL. El mensaje llegó a la ‘clase dirigente’ del Perú en 1990, pero parece que en estos años rompieron el papelito y se olvidaron qué decía.
Ayer el mensaje volvió, 21 años después, convertido en un SMS: ¿lo borrarán?
¿Qué pasará? Quisiera compartir algunas ideas.
Los escenarios peores serían los de una ‘dictablanda’.
Si es de Humala, una dictablanda con tecnócratas poco calificados, ciertos niveles de corrupción y mucho populismo. Veo un 50% de posibilidades de que cierre el Congreso. Dudo que Humala quiera realmente emprender reformas de fondo y si no quiere hacer reformas de fondo el Congreso no lo bloqueará, y entonces no tendría necesidad de ‘»disolver»‘. Sospecho que un gobierno de Gana Perú destinará algo más de dinero en inversión social porque es lo que ha ofrecido en campaña y es la forma en que puede obtener aprobación de su gestión. Si logra el apoyo de Perú Posible en estos días, el partido de Alejandro Toledo lo respaldará en esos programas sociales porque él también los aplicó (Juntos), copiando los programas exitosos del ex presidente Lula da Silva.
Humala, su gabinete y su bancada trabajarán además para favorecer los intereses de Brasil y de empresas brasileñas, quizá más que lo que ha hecho Alan García en su período. No veo condiciones en el Perú para que Humala pueda imitar las acciones y decisiones de Chávez ni de Evo Morales. No tiene nada parecido a PDVSA y PetroPeru y PeruPetro no podrían llegar a serlo. No hay ciudadanos indígenas movilizados ni organizados como en Bolivia, para que aplique las reformas que el ex líder cocalero logró imponer en su país.
He sabido por un militante del Partido de los Trabajadores (PT) que los asesores de Humala son de lo menos bueno de la organización. Es decir, son buenos comunicadores políticos, pero uno de ellos está envuelto en la historia del mensualón, el escándalo de corrupción del PT que estalló en 2004 y arrasó con dos brazos derechos de Lula en aquel tiempo, Delubio Soares, ex tesorero del histórico partido y amigo del presidente, y el entonces jefe de la Casa Civil, José Dirceu.
Si la dictablanda es de Keiko Fujimori, temo que habrá represalias contra quienes hicieron algo para que su padre sea sentenciado. Su equipo tiene ya experiencia en la corrupción en el Estado sin dejar mucha huella y en manejar ilegal e irregularmente el Congreso para lograr sus objetivos e impedir investigaciones y proyectos de ley. Es decir, un parlamento que no desarrolla sus funciones. Además, el Legislativo tendrá nuevamente muchos congresistas nuevos, sin experiencia. Tanto con Fujimori como con el caso de Humala seguro tenderán a gobernar por decreto como ha intentado AGP a lo largo de cinco años.
Si los grupos afines a PPK y Castañeda hacen una grosera campaña de miedo contra Humala y a favor de Keiko, la alianza no podrá ganar. Si algunos diarios repiten sus portadas ‘primariosas’ para atacarlo (como ocurrió con Susana Villarán) no podrán ayudar mucho a la candidata de Fuerza 2011. Si organizaciones no identificadas repiten los spots de radio de los dos días anteriores a las elecciones (de «el Perú no debe cambiar de rumbo»), tampoco.
Siempre me parece que los que hemos sobrevivido el primer gobierno de García podremos enfrentar casi cualquier otra crisis peruana. Y a veces los cinco años de un período presidencial pueden ser todos de crisis. Quizá me obligo a pensar tal cosa porque no me imagino yéndome ahora del Perú. No tenemos ni una democracia firme, ni un Congreso que funcione. Las normas internacionales que el Estado peruano firma hace décadas son sólo un visto bueno en una página web de la Cancillería, pero no una garantía para las personas y procesos que deberían ser respetados, atendidos o reparados por el Estado. Si no creemos mayoritariamente que somos iguales, si no concebimos que el territorio del otro es tan sagrado como el suelo del departamento que alquilamos o tenemos. Si decimos que alguien es poblador de Villa María pero el otro es un ciudadano de Surco. Si algunos creen que porque gritan más se van a imponer siempre, si unos creen que porque contaron la historia de una manera no hay ningún otro héroe más a la redonda, si no sabemos conversar con respeto con las personas con quienes discrepamos. Si vivimos como si el distinto a uno fuera siempre sospechoso, hay demasiado trabajo. Algunos tenemos que seguir trabajando.
Gastón Acurio ha pedido dejar de llamar ignorantes a quienes votaron por Humala y Keiko. He visto también algunas frases de personas más jóvenes que dicen que si los gobiernos de Humala o de Keiko no respetan la democracia y las libertades a las que tenemos derecho, habrá que trabajar por ello.
Más explicaciones sobre los votos mayoritarios por Humala y Fujimori adicionales al mensaje olvidado:
– La pobre campaña electoral de Alejandro Toledo y su confianza en la inercia.
– La división del espectro conservador o continuador del modelo en cuatro candidatos: PPK, Castañeda, Mercedes Araoz y Toledo. Ustedes saben que Alan García tuvo que ver al menos con la mitad de esa división.
– Quienes respaldaron financieramente y políticamente las campañas de Toledo, Castañeda y PPK invocaron a la unión (y el respectivo paso al costado) tardísimo (públicamente ocurrió el viernes pasado).
– Ollanta Humala hizo su tarea.
– PPK hizo su tarea y desplazó a Toledo.
– Alan García, el establishment, no atendió en su momento los reclamos que derivaron en conflictos sociales.
– Los candidatos no atacaron a Keiko Fujimori mencionando con precisión los delitos de corrupción, las violaciones a los ddhh y las fallas de las reformas económicas aplicadas durante el gobierno de su padre.
Otros textos obligatorios:
– Roberto Bustamante, El Morsa, indica que ha habido un importante voto del sector C -y no solo de los electores más pobres- a favor de Humala.