La defensora del Pueblo, Beatriz Merino, y el presidente Alan García colocan la primera piedra. (Foto: J. Fowks)

La madre de uno de los estudiantes asesinados por el Grupo Colina en la universidad La Cantuta, Raida Cóndor, asistió a la colocación de la primera piedra del Lugar de la Memoria que se construirá en Miraflores. Alan García clausuró el acto. El ministro de cooperación alemán, Dirk Niebel, tuvo palabras justas y directas para un momento como éste. Cóndor dijo sentirse contenta luego de la ceremonia y recordó la sentencia a Alberto Fujimori. Aclaró que la búsqueda de justicia tras la desaparición de Armando Amaro le cambió la vida: dejó de ser ‘sólo’ una madre pendiente de sus hijos.
Los invitados eran predominantemente diplomáticos, miembros de ONG, pocos representantes de asociaciones de víctimas de la violencia, algunos intelectuales, artistas. El ex alcalde de Miraflores, Manuel Masías, que no figuraba en el programa ni ocupaba la mesa de honor, se las arregló para intervenir unos minutos.
Fernando de Szyszlo ha quedado como presidente de la Comisión de Alto Nivel del Lugar de la Memoria luego de la renuncia al cargo de Mario Vargas Llosa.
Tengo mis reparos acerca de lo que será y relatará este Lugar de Memoria, sin embargo, su simple existencia será una señal de voluntad de encuentro y conocimiento entre los distintos ciudadanos que han vivido y viven en el Perú.
Pero mejor escuchen a la señora Raida Cóndor.

 

Está por terminar un día que muchos peruanos y extranjeros consideramos histórico debido a que hemos sido testigos de un juicio pulcro y profesional. Sin embargo, los simpatizantes de Alberto Fujimori han rechazado la condena a 25 años de privación de libertad y amenazan con reclamar la libertad de su líder en las calles.
A continuación, algunas opiniones recogidas hoy de dos observadores internacionales y una abogada peruana, especialista en derechos humanos.
Julie Guillerot
Abogada, experta en justicia transicional. Consultora del International Center for Transitional Justice (ICTJ)
Habrá un antes y un después del juicio a Fujimori en el desarrollo del derecho internacional de los derechos humanos y derecho internacional penal. Habrá un antes y un después del juicio a Fujimori en la consecución de los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación en el Perú y en el mundo. La Sala Penal Especial sentenció por unanimidad al ex dictador Alberto Fujimori a 25 años de pena privativa de la libertad como autor mediato en los casos Barrios Altos, La Cantuta y Sótanos del Servicio de Inteligencia del Ejército (en agravio de Gustavo Gorriti y Samuel Dyer). Demuestra, no sólo al país sino también al mundo, que el poder judicial de una nación, actuando con independencia y respetando el debido proceso, puede garantizar la justicia y la rendición de cuentas, incluso en los casos de un ex jefe de Estado. Demuestra que el imperio de la ley puede ser aplicado incluso a las más altas esferas del poder, que por lo general quedan impunes. Es un precedente histórico. Es el resultado de una lucha de más de 17 años, de la perseverancia de los familiares de las víctimas, de la sociedad civil que les acompañó, por clamar justicia. La sentencia del día de hoy les reivindica.

Michael Reed
Director de ICTJ en Colombia
Como observador externo lo que debemos hacer es respetar las formas del Derecho, respetar la independencia y autonomía que califique la actuación de la Corte Suprema. El presidente de la Corte Suprema, Javier Villa Stein se ha manifestado (sobre la independencia del Poder Judicial). Sería especular (si se pronunciara sobre lo que hará la instancia donde se presentará la apelación). Lo que hay que hacer es respetar la institucionalidad, hay derecho a apelación a partir de la petición de la defensa y esa apelación será conocida por la sala penal transitoria penal de la Corte Suprema.
Durante toda la (lectura de) sentencia hubo un ambiente de respeto por las formas judiciales, y al final no hubo ni lamento ni alegría por ninguno de los manifestantes o integrantes, tanto de la organización de la sala como por parte de todos los integrantes y respetando el debate judicial. Como observador internacional y de otras experiencias es remarcable.
El ICTJ ha revisado 67 casos -desde 1990 a la fecha- de procesos judiciales contra ex presidentes por corrupción o por violación a los derechos humanos. Lo excepcional (de este caso) es que surge producto de la colaboración entre diversos países y que se haya producido el acto de extradición. (Recordemos a Chile por un lado y los documentos desclasificados por el Gobierno de los EEUU). Lo otro importante a destacar es que sea el poder judicial nacional, no un tribunal mixto-híbrido, ni un tribunal internacional el que lo juzga, tanto por corrupción como por delitos graves de derechos humanos.

Patricia Figueroa
Abogada peruana, especializada en casos de derechos humanos
Luego de que se cumple la mitad de una condena, el acusado puede solicitar beneficios penitenciarios, como el dos por uno u otros días por educación o trabajo. Los días de trabajo se contabilizan luego de que una asistenta social del penal realiza un informe. Es improbable que Alberto Fujimori salga de prisión antes del 2015. Y lo más rápido para los fujimoristas seguramente será la búsqueda de un indulto (en caso que Keiko Fujimori se hiciera de la presidencia en el 2011 o si estuvieran en alianza con otro sector político con el que pudieran negociar dicho beneficio).

Cuando se conoció la noticia de que Alberto Fujimori dejaba el poder luego de que se difundiera el primer vladivideo, cientos de personas llegamos a la Plaza de Armas: unos, a cubrir información, otros a celebrar que un régimen autoritario y corrupto abandonaba la conducción del país. Ha habido momentos recientes en la política peruana en que la realidad parecía jugar sólo a favor de quienes cometieron delitos entre 1990-2000, hoy esa tendencia ha dado un giro. Así como hace unos días agradecimos el esfuerzo de Fano -guardando distancias en los respectivos desempeños y ámbitos- hoy agradecemos principalmente a los magistrados César San Martín, Hugo Príncipe y Víctor Prado. Gracias por hacernos pensar que el Poder Judicial tiene un lado sano.

Una de sus obras más visibles es el mural cerámico al final de la Vía Expresa en Miraflores. (Foto: J. Fowks)

Una de sus obras más visibles es el mural cerámico al final de la Vía Expresa en Miraflores. (Foto: J. Fowks)

El artista plástico Ricardo Wiesse (54) lamenta el bajo nivel de algunos periodistas y el desparpajo de los políticos: “Lo del chuponeo es para entretenernos, están vendiendo el país, nuestros recursos. Alan García es como un mayordomo nuevo (para los empresarios), sirve mejor. Uno tiene que gastar energía en ocuparse de estos asuntos porque sino ¿qué quedará del Perú, qué habrá para nuestros hijos?”.
Wiesse cedió esta semana un elemento de su producción gráfica de 1995 para pronunciarse simbólicamente con respecto al juicio a Fujimori. Pocos días después de aprobarse la ley de amnistía que beneficiaba al grupo Colina, fue al cerro de Cieneguilla donde exhumaron los cuerpos de los nueve estudiantes y un profesor de la Universidad La Cantuta y pintó diez cantutas -de tres metros cada una- en esa superficie.
«Si en los queros están las cantutas no es necesario volver a inventar esa imagen, sino tomar nuestra iconografía”, indica Wiesse, quien en su carrera examina y usa imágenes creadas a lo largo de la historia del Perú.
Dicha flor ha sido impresa ahora en unos polos como parte de una campaña contra la impunidad –en los casos de La Cantuta y Barrios Altos- difundida en el último número de Caretas.
“¡Tenemos un patrimonio, éramos una civilización, tenemos que cuidar una naturaleza que se están llevando en vilo y nuestra identidad colectiva. Los indicadores económicos ¡por favor!, de qué sirven si tenemos una sociedad bestializada, donde no hay respeto, interés mínimo por el otro!”, reclama Wiesse apoyando sus manos en la mesa de su taller-comedor.
En el área específica de la pintura, explica que también se ocupa –como otros artistas plásticos– de pensar si es posible avanzar en la construcción de un lenguaje propio, una voz que nos haga participar como colectividad.
“La visualidad peruana está por fundarse. Carecemos de memoria artística reciente. Quienes estudian artes revistean, son epígonos, algunos creen que porque nombran sus obras en inglés van a tener mayor prestigio. Son egresados de las escuelas de arte y acogidos en las galerías de arte de este momento”, agrega.
Cuando Wiesse alude a ‘este momento’ significa esta época de “cortinas de humo, no hay debate mínimo, es un tiempo de vileza, de quién escarba más abajo, como si eso fuera lo más importante. Somos el pulmón de la Tierra, ¡PM!, tenemos a la gente desinformada, seguimos como hace tanto tiempo, es más fácil controlar si no hay educación”.
El pintor critica las acciones educativas con las que el Gobierno actualmente quiere hacer noticia. “Esos planes de alfabetización, y ¡ahora esa campaña de donación de libros! ¿Qué plan educativo puede fundarse en desechos? Es como si quisieran hacer un plan de nutrición pidiéndote la alita que dejaste de tu pollo a la brasa. ‘Dona tu alita para otro peruano!’”, ironiza Wiesse este sábado por la mañana.
«Cada vez hay más desparpajo. Ahora los políticos hacen cura de silencio, pero uno ve a Jorge del Castillo desfilando: él debería invitarse a un ostracismo autoregulado, ¡cree que la gente se chupa el dedo! Que se extingan todos. Carlos Tapia fue miembro de la CVR y luego se vuelve defensor de Humala que también es señalado por violaciones a los derechos humanos (cuando sirvió como militar en la base de Madre Mía)», comenta.
Decoración de Asia
Consultamos cómo se aprecia desde la comunidad de artistas plásticos un hecho: hay más dinero en el Perú para invertir en arte -debido a la bonanza económica de algunos sectores en años recientes-, sin embargo, algunas grandes oportunidades de consumo masivo del arte han desaparecido, como por ejemplo la Bienal de Lima. Respondió así (agárrense):
«Esa es la administración municipal de los nuevos tiempos. La bonanza a veces idiotiza un poco, hace bajar el sentido crítico. La creación artística contemporánea no ha podido ser ajena a esta onda light y rápidamente los artistas se han ido a decorar la vida a los descerebrados que veranean en Asia, donde físicamente se reúne la decadencia contemporánea».
«Son los acríticos de una sociedad que ‘no passsa’ [esto es un guiño a un spot local de cerveza, nota para quienes no entiendan la referencia] Y no es que uno haga mala sangre de su profesión, sino tener una mínima conciencia de ella, frente a un panorama cada vez peor, dividido entre la barbarie total y la civilización o el respeto mínimo por el otro».

– En entrevistas pasadas, a lo largo de su trayectoria, sus declaraciones eran firmes pero quizá no tan elocuentes como ahora. ¿Por qué, porque estamos peor?
– Cómo me gustaría no dedicarle energía a una preocupación que sí la consume, pero no se puede obviar abordar estos asuntos debido a que no hay interlocución, no hay voluntad política, no hay debate mínimo. Sin embargo, a veces hay algunas voces, esta semana escribió un buen texto Berckemeyer en El Comercio, una nueva voz ¡ya era hora!, está también Víctor Vich. Pero tenemos un estado narcotizado, creen que pueden hacer lo que quieren sin rendir cuentas. Me interesa ver cómo otros puedan disfrutar así como yo he disfrutado pintando.

Ante una de las últimas preguntas, sobre la crisis de la Escuela Nacional de Bellas Artes, Wiesse recuerda que ha sido un lugar de disputa de presupuesto público y también de penetración de ideología -incluso de Sendero Luminoso-. «Ese sistema (de enseñanza) ya colapsó hace rato. Víctor Delfín está empecinado en resucitarlo pero al Estado no le interesa el asunto, si no hay voluntad política no va a pasar nada, es otra careta visible de la podredumbre», señala.

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Cabe mencionar -siguiendo la línea del descuido de los organismos públicos con respecto al arte- que el mural cerámico que hizo Wiesse en la Vía Expresa no tiene mantenimiento -ni un poquito de agua contra el hollín- por parte de la Municipalidad de Miraflores (o de Lima, a quien le corresponda).
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Wiesse prepara hace cuatro años un libro de 700 páginas que se llamará ‘Culebra’: muestra los anillados de las pruebas de imprenta, «ya está por salir». Ha investigado la historia de su familia que se asentó en el Valle de Chao (La Libertad) y del antepasado que vino de Suiza, recoge cartas y fotos antiguas de los Thorndike, los Rebagliati, los Wiesse. En otro capítulo presenta la historia de la resistencia de Vilcabamba -con dibujos a lápiz suyos-, décadas que -refiere- no se enseñan en el colegio. En otro par de capítulos presenta a Helena y Toro, sus padres.

El hijo menor de Wiesse, quizá de dos años, reaparece en polo naranja y se acerca a despedir a la visita que conoció una hora antes. Chau.

Página web de la exposición de 2008 a partir de las acciones de Wiesse en 1995:

Video del pintado de cantutas en 1995, Cieneguilla.

El artículo de opinión de Fernando Berckemeyer mencionado por Wiesse