Tras escuchar y ver varias semanas a los candidatos peruanos a la presidencia acumulo la sensación de desconexión con todos ellos. ¿De qué país hablan? ¿Qué políticos son estos que quieren poner rostro de transparencia cuando son lo contrario? ¿Por qué pretenden hacernos creer que tales son sus prioridades cuando los miembros de sus listas al Congreso muestran algo diferente? Los asesores externos de cada campaña desconocen tanto la sociedad peruana que quizá no pueden guiarlos bien.
He escuchado muchas veces de la revolución de los claveles (1974), o de la revolución islámica en Irán (1979), no llegué a verlas. Pude ver –y procesar– pocas imágenes de TV sobre la caída del Muro de Berlín o de la revuelta de Tiananmen (ambas en 1989, un momento en el que el Perú estaba tan en crisis que lo internacional parecía lejanísimo, difícil de compartir).
Estamos en la segunda semana de protestas y revueltas en el mundo árabe. Las revueltas ciudadanas de Túnez y Egipto me retienen el pensamiento en demandas elementales contra la pobreza, la corrupción, el abuso de poder, el autoritarismo y por el respeto a derechos elementales. Es cierto que no estamos viviendo en el Perú en una dictadura, pero ¿de qué sirve una democracia que legisla por decreto contraviniendo normas previas y liberando el mínimo orden previamente existente? Eso ha ocurrido esta semana con los decretos de urgencia para agilizar 33 ‘megaproyectos’ que ProInversión quiere terminar de echar a andar antes de que el Apra se despida de los escritorios que ahora ocupan.
Pero en vez de que los candidatos se ocupen de esos asuntos cruciales, sobre cómo el Estado debe ordenar la disponibilidad y el acceso a los recursos naturales, se manifiestan sobre la legalidad del aborto, de la unión civil, del consumo de drogas y el indulto a Fujimori.
Otros, como PPK juegan a los colores, al infoentretenimiento y al personaje del criollo respondón más cercano al capataz (de hacienda). Fujimori juega a la mezcla de madre educada, conservadurismo más populismo penal (duras sanciones para los delitos que más aparezcan en las primeras planas). De Humala es difícil decir en qué se ha convertido y qué mezcla representa. Haber abdicado de la agenda de los recursos naturales y medio ambiente para no incomodar al gobierno de Brasil lo ha dejado sin identidad.
Y en el otro lado del escenario, tengo la sensación de haber sido testigo la última semana de algo crucial. Así como generaciones anteriores habían podido estar al tanto de la revolución de los claveles, la vuelta a la democracia en España, la caída del Muro, etc., ahora llevaré conmigo esta sensación particular de haber vivido durante dos revueltas –en una misma semana– contra el autoritarismo, la corrupción y contra el desempleo en dos países árabes. Es una especie de privilegio ver que en tiempos de supuesta conformidad con el mundo tal cual, llega un momento en que la demanda por lo elementalmente justo llega a las calles: como dice Javier Valenzuela en el diario El País, las convocatorias a las manifestaciones pueden surgir en las redes sociales pero el momento de la verdad se da en el enfrentamiento con las fuerzas de seguridad, en las calles. Y es también una especie de privilegio sólo posible en esta época acceder a la información de inmediato vía las redes sociales y Al Jazeera en línea.
Y mientras esto ocurre, me siento más conectada con estos ciudadanos que reclaman y reciben gas y balas -siete horas más tarde y a 12 mil kilómetros- que con los candidatos que recorren la capital u otras localidades del Perú. Alejandro Toledo anunció el miércoles 26 una ‘revolución educativa’, un punto de plan de gobierno que podría distinguirlo de los otros aspirantes a la presidencia, muy carentes en ese aspecto. Sin embargo, no le dio ni un día de vida a su propuesta para desarrollarla, para que haya reacciones, para que otros candidatos respondieran o los periodistas profundizaran. Cambió drásticamente a tres temas que -me disculparán quienes discrepan-, no son definitivos o urgentes en este momento para la sociedad peruana: drogas, aborto, unión civil. ¿Ha llegado el momento de decidir estos temas -de fondo- en el espacio limitado y artificial de una campaña electoral? Tenemos otros temas de fondo que han sido abandonados desde el 5 de junio de 2009 y que, parece, ningún candidato quiere abordar o quizá ningún asesor extranjero ha recordado del ‘country report’ sobre el Perú que leyó en el vuelo a Lima.
enero 28, 2011 at 11:10 pm
Es efectivamente fascinante ver cómo nuestros gobernantes actuales y potenciales se han sometido a Brasil con un placer masoquista digno de estudio. Lo de Humala en particular es patético. De Toledo, en fin, quién puede esperar algo distinto, y ciertamente su plan de revolución educativa es profundamente banal. Pero es realmente desesperante ver la incapacidad de los medios para intentar siquiera enseriar la agenda. En fin, ya sonamos a los viejitos de los Muppets
enero 29, 2011 at 6:49 am
Hola, me parece muy buenos tus comentarios y comparto esa desazón y cansancio por ver cómo se maneja de la manera tan chapucera esta campaña electoral, por qué ni los candidatos, ni la prensa, ni la ciudadanía demanda y pone otros temas en la agenda electora. Como se evaden por ejemplo de debatir a conciencia sobre la reforma educativa y saltan como si nada a otros temas, tocando todo de manera tangencial, yéndose por el lado de la burla, el desprecio hacia el otro, hacia la otra y el lado farandulero.
Y comparto también que el tema de manejo de recursos y las demandas por estos, es fundamental y no se está debatiendo como se debe, al contrario este gobierno (que no es una dictadura, pero vaya que se le parece por los niveles de corrupción, de prepotencia y desprecio hacia la ciudadanía que demuestra y mantiene) está haciendo lo posible por rematarlos al mejor (para ellos) postor. Y eso va a ser una bomba de tiempo que más temprano que tarde va a explotar; y sin embargo, nos miramos el ombligo, no vemos como esa prepotencia en el manejo del Estado, está haciendo que varios regímenes del mundo caigan de manera violenta, porque la ciudadanía simplemente ya no da más, y desde el poder no se dan cuenta que ya no estamos en los 80, que ahora el internet ha revolucionado todo. No, al parecer acá los de siempre, nuestros «representantes» siguen haciendo lo que se les da la gana.
Lo que si no comparto y que si me parece urgente es debatir el tema de los derechos sexuales y reproductivos y la lucha contra el narcotráfico.
No de la forma ramplona como se está llevando el debate ahora (creo que en eso si estamos de acuerdo), no se trata solo de «estar a favor del aborto» como muchos han tratado de pintarlo, se trata de poner en la mesa el derecho de cientos de miles de mujeres peruanas a poder decidir sobre su cuerpo sin tener que hacerlo en la clandestinidad, si no lo tratamos ahora, ¿cuándo? ¿pateamos el tema 5 años más?, ¿a 410 mil mujeres al año en cinco años, esperaremos que sean 2 050 000 más mujeres en el 2016 que se hayan hecho un aborto clandestino?, muchas de ellas (sino la gran mayoría) en condiciones tan precarias que lo único que les espera después es una muerte segura o una vida entera con complicaciones? La vida de las mujeres no puede esperar más, tiene que debatirse y ya, si seguimos con que nuestra sociedad no está preparada y tantas otras cucufaterías, esto va a seguir en la clandestinidad y muchas, cientos y miles van a seguir muriendo, eso sí, nadie dirá nada, por qué de ese tema es mejor no hablar, no vayamos a ofender a la iglesia.
Y sobre la lucha contra el narcotráfico, también hay que hablar y ya, y no dejar que nos impongan un debate al nivel de “que los transformers son pastrulos”, estamos en una sociedad en la cual cada vez más el narcotráfico está entrando, se está metiendo y no decimos nada, en las regiones sustentan campañas, en Lima tuvimos a una candidata que pudo ser elegida alcaldesa que fue abogada de un procesado por lavado de activos, ya es común escuchar hablar de muertes por sicariato y nosotras y nosotros como si nada, no miremos tan lejos Medio Oriente, qué nos cuesta mirar cómo está México, tenemos que abordar ese problema ya, antes de que sea demasiado tarde, si es que ya no lo es.
enero 29, 2011 at 10:09 pm
Ana María:
Para mí es también de urgencia la lucha contra el narcotráfico, pero ésta me parece que no requiere previamente el debate de la legalización del consumo de drogas. Hay bastante que hacer antes en términos operativos, policiales y políticos en cuando a ello.
Acerca del aborto, es otro tema pendiente hace años: sin embargo, insisto que la campaña electoral quizá no es el mejor momento ni el más serio para el intercambio de ideas sobre el asunto. Temo que quienes lo defiendan al asumir el gobierno luego lo olviden o que quienes lo condenen gravemente lo olviden igual cuando lleguen al poder. En este momento recuerdo unas consultas nacionales sobre la educación que hubo hace algunos años y otras consultas vinculadas con el Acuerdo Nacional. ¿No serán esas mejores vías, contenidas en el período de los cinco años de un nuevo gobierno? Muchas gracias por aportar con tu comentario.
enero 31, 2011 at 5:08 pm
Creo que aborto y union civil para personas de un mismo sexo mas tiene que ver con una mirada diferente sobre el elector. Un elector mas concentrado en grupos especificos d ela poblacion y que son vistos asi por los candidatos. El voto gay comienza a verse como tal y en ese sentido deben ver alguna de sus necesidades especificas como esta de la union civil
febrero 2, 2011 at 10:52 pm
HOLA – PIENSO LO MISMO: los temas como despenalizacion del aborto o union civil gay no deberian ser los temas DE FONDO de estas elecciones. SON IMPORTANTES, pero se pueden tratar cuando ya este instalado en nuevo gobierno. Lamentablemente se usan casi como distractores. Ojala se debatan. Ojala se aprobara la despenalizacion del aborto. Ana Maria ha dicho algunas de las razones. La union civil creo que tendria que ser un tema final de agenda. Si antes no hay castigo efectivo para los abusos contra la comunidad gay, no se deberia empezar por el final. Ese es una tema de tolerancia y respeto a los derechos humanos.