Presidente García a su salida del Te Deum por Fiestas Patrias. Foto: Andina-Piero Vargas

Llama la atención del mensaje del presidente Alan García su afán por querer parecer la cabeza de un Gobierno eficaz y que sanciona lo ilegal y la corrupción. Ni eficaz, ni sancionador. Desde el inicio de este gobierno, Doe Run solicitó prórrogas para cumplir su programa de adecuación medio ambiental (PAMA) y el MEM aceptó todas las veces, sin chistar y con el entonces premier Jorge del Castillo. El anuncio de hoy, de cancelar la licencia a la empresa minera de capital estadounidense, no tiene sentido ya: hace dos años, quizá.

El mandatario dijo que éste es un “estado draconiano” y puso como ejemplo la multa reciente a la empresa minera Caudalosa, debido al último derrame de relaves en Huancavelica. Sin embargo, Caudalosa –como Volcan, Buenaventura, Pluspetrol y tantas otras– se resisten a pagar las sanciones que impone el regulador Osinergmin. No contamos aún con un Estado suficiente para  fiscalizar ni para hacer que se cumplan las pocas sanciones que dispone.

Y ello nos lleva de inmediato a la noción de corrupción: García Pérez indica que casos como Petroaudios o Cofopri  surgen debido a que cinco o diez  empleados del Estado se corrompen y son –según él– casos aislados. Yerra nuevamente: algunos de los empleados del Estado involucrados son en ambos casos del más alto nivel de jerarquía del partido oficial, Jorge del Castillo y Hernán Garrido Lecca en el primero en relación a proyectos de construcción e infraestructura, no sólo hidrocarburos; Omar Quesada en el segundo. Y no son situaciones aisladas, son lamentablemente, modos de operar que se repiten en diversos puntos del Perú. Lo ocurrido con Cofopri en Chilca ocurrió de forma similar en Talara, Colán, Moquegua, Trujillo, Cusco, etcétera (de acuerdo a denuncias recibidas en IDL-Reporteros y publicaciones del diario Correo).

En un programa de TV, Rosa María Palacios nos preguntaba hoy a tres entrevistados “¿por qué si el presidente García tiene tantos resultados, su aprobación es baja? ¿Tiene mala comunicación?” El gobierno tiene un aparato de comunicación oficial fuerte, y a él se suman los medios masivos que comparten su visión de cómo gestionar el país (esto merecería otro post). Su problema no es la presencia en medios. Su problema es que puede exhibir una cierta cantidad de equipos comprados y obras de infraestructura, en curso o concluidas, pero algunas no funcionan y otras pueden tener apariencia de legalidad pero sufren de lo siguiente:

– concursos o licitaciones previamente arreglados y,

– falta de transparencia con la población o comunidad que será afectada por la intervención de una empresa y a la vez el Gobierno en una abierta opción preferencial o coaligación con la empresa que permite acelerar trámites o modificar normas ya existentes para facilitar las obras y proyectos (ejemplos:  Collique, hidroeléctrica de Inambari, hidroeléctrica de Paquitzapango, el ex proyecto Majaz a cargo de Zijin, Dorato-Afrodita en el Cenepa, etcétera).

En síntesis: hay gran lenidad, ni eficacia, ni democratización, ni nave que camina: el Gobierno conduce un Estado sin posibilidad de fiscalizar, sancionar y regular: el Gobierno tiene entre sus personajes clave madejas de corrupción. Vale la pena recordar también las denuncias contra el hoy presidente del Congreso, César Zumaeta, y su afinidad con un traficante de terrenos: hubo una norma legal que formalizó una gran cantidad de propiedades obtenidas mediante invasión.

El presidente García ha dicho también que continuará “con obras y con la democratización social de nuestra patria”. Su concepto de democratización social parece incluir los millones de teléfonos celulares, la luz, la reducción del analfabetismo, la entrega de un millón de buzos, y así. Sin embargo, hay una agenda pendiente luego de los hechos del 5 de junio de 2009 en Bagua: una agenda sobre la democracia en un país de varias culturas, etnias e idiomas. No hubo en el mensaje ni una sola mención a ese ámbito: el de las decisiones de gestión pública en entornos donde el uso y la función del territorio son sensibles y donde las nociones de desarrollo son distintas a las del capitalino. [O donde quizá no son distintas, pero hay que preguntar primero]. Recordamos entonces, la no promulgación de la ley de consulta previa (aplicación del Convenio 169 de la OIT), la cantidad de conflictos sociales embalsados (más de la mitad son medioambientales y confrontan a la industria extractiva con comunidades), las dificultades que enfrenta la Policía Nacional al chocar con ciudadanos como ellos debido a que el Gobierno no negoció a tiempo ni supo ofrecer salidas. Están aún pendientes de aprobar nuevos decretos legislativos dada la derogatoria de los que condujeron a la crisis en la Amazonía en el 2009. Sólo se ha avanzado con la Ley Forestal debido a los plazos del TLC con Estados Unidos.

La carrera magisterial es posiblemente el único punto que realmente constituye un logro sin falacias. La creación del Ministerio de Cultura es simplemente un ‘check’ en la lista de lavandería, basta ver la ilustración de Piero Quijano en la revista Somos del 24 de julio.

La mención al terrorismo en el mensaje también merecería otro texto aparte, pero ya ha habido algunos columnistas que se han referido al clima de miedo que intentan generar voceros del Gobierno y de los diversos fujimorismos  desde la liberación de la estadounidense Lori Berenson. El lunes 26, García Pérez se refirió al terrorismo en una actividad pública con el ministro del Interior y el jefe de la PNP: hoy lo hizo gritando en el hemiciclo, buscando aplausos.

Así las cosas, el presidente García se dirigió en el mensaje especialmente a los incluidos, a los integrados, a los que hablan de la misma manera. Lamentablemente, ha estereotipado al resto como ‘antisistema’ o como traidor o como pagado por países extranjeros o enemigo del desarrollo. El presidente quizá considera que esa posición dura y que desprecia al que piensa distinto le da altura de estadista. Algún día, quizá en alguna muy futura entrevista de político en retiro, corregirá. Ya no es joven para decir que los errores eran de juventud (como suelen disculparlo sus correligionarios por el período 1985-1990).

P.S. Los invito a ver el programa de Rosa María Palacios este jueves 29 donde con dos jóvenes blogueros, Laura Arroyo y José Alejandro Godoy, compartimos algunas ideas luego del mensaje de AGP.

Actualizado el 30 de julio a las 2:36 am.

Incluyo un par de segmentos de esa intervención en el programa Prensa Libre: