Traduje este texto pensando en periodistas latinoamericanos, quienes están en posiciones intermedias y de dirección e informan sobre Haití.

Una semana después del peor desastre natural que golpea Occidente en décadas, la cobertura noticiosa en Haití se mueve a una segunda fase. Equipos periodísticos exhaustos que llegaron a Puerto Príncipe con brigadas de emergencia se preparan para el relevo: las mesas de redacción lidian con cómo cubrir una historia que pasa de breaking news a una larga y lenta recuperación.

En tanto la noticia de Haití se mueve de crisis a recuperación, las organizaciones noticiosas están empezando a preguntarse cuál es el mejor modo de apoyar a los periodistas que pasaron la última semana trabajando en medio de la devastación, caos y fetidez de la muerte masiva. Pero mientras los retos para aquellos que están en Haití son claros, es también buen momento de prestar atención a aquellos que están en las redacciones.

Empezar con una parte crítica del grupo periodístico de apoyo, usualmente pasado por alto cuando se considera el impacto de una historia difícil como Haití: la mesa de edición fotográfica o de imagen. Ya sean los técnicos o productores que monitorean el material en bruto, el video no editado cuando llega del satélite, o los editores fotográficos que revisan miles de imágenes fijas, en tiempos de crisis quienes procesan imágenes crudas enfrentan diversos riesgos ocupacionales.

Dicho de manera sencilla, una dieta constante de terribles gráficos, imágenes o audio puede ser aplastante. Los psicólogos han reconocido traumatización indirecta –los síntomas de estrés traumático u otras perturbaciones psicológicas en individuos que absorben niveles tóxicos de horror a través de los ojos –o lentes de la cámara- u otros, como los psicoterapeutas, investigadores de derechos humanos y periodistas. Aunque la fuente de perturbación sea de segunda mano, el impacto es real y a veces duradero.

En una historia de 24/7 como Haití, es importante que el personal que está en el estudio o en la redacción tenga un ritmo en su trabajo, haga frecuentes pausas, comparta las preocupaciones que van surgiendo y dé un vistazo a sus colegas que inesperadamente puedan derribarse con imágenes perturbadoras.

Éste es también un buen momento para que los editores y líderes en las redacciones agucen su alerta para reconocer si hay señales de trauma y determinen un tono para una sala de redacción resiliente, tanto para el equipo de campo en Haití como para quienes rotan en la sede matriz. Las organizaciones noticiosas como la BBC, la Australian Broadcasting Corporation y NPR ahora rutinariamente organizan charlas de expertos -sobre alerta al trauma- para sus editores; si en su sala de redacción no lo han hecho o necesita refrescarlo, la mera dimensión de horror y destrucción en Hautí puede ser una buena ocasión para que eso se dé.

¿Y sobre la primera ola de reporteros, productores y equipo de campo que regresa de Haití?

No asuma que todos en su equipo de Haití necesitan inmediatamente ver a un professional de la salud mental. En vez de ello, concéntrese en el reconocimiento público y privado de la importancia de las comisiones; deje claro a toda la redacción que las respuestas emocionales a una historia como Haití, ya sea reportando en el terreno o trabajando en la redacción, son reacciones humanas naturales, no un signo de debilidad. Anime a los equipos periodísticos a conversar entre colegas, y con usted en privado: y aclare que la dirección apoya a quien todo el que busque apoyo profesional confidencial.

El Dart Centre Australasia en Melbourne ofrece estas recomendaciones para las repercusiones de una comisión excepcionalmente traumática, lo cual particularmente se aplica a la catástrofe en Haití:
– Es esencial que los editores/directores contacten con cualquiera del equipo que ha pasado por una experiencia perturbadora. Esto es parte de la buena conducción del equipo, pero es especialmente importante en caso de una repercusión traumática.
– Enviar a alguien a recibir y saludar a aquellos que vuelven del extranjero o de largas ausencias.
– Reconocer con agradecimientos, almuerzos, bebidas, menciones públicas o correos electrónicos. Un simple “gracias” es útil en el largo camino de apoyar el bienestar y un mejor desempeño laboral. — Conversar (debrief) con los equipos noticiosos que retornan de una cobertura traumática: conversar con ellos sobre cómo fue logística y emocionalmente. No temer la conversación sobre reacciones emocionales fuertes, son normales.
– Animar al equipo a mantener el apoyo de su familia, amigos y redes sociales.
– Recordarles que la perturbación es una respuesta humana típica luego de una exposición a situaciones de trauma. Algunas de esas reacciones típicas son: insomnio, sueños incómodos, pensamientos intrusivos sobre el hecho, elusividad, insensibilidad y sentimiento de que algo malo ocurrirá. También: nerviosismo, excesiva disposición a la actividad, ira, hiperactividad, dificultad para concentrarse. Las reacciones físicas pueden ser sudor, aceleramiento del pulso, mareos o náuseas cuando se recuerda algún hecho traumático.
– Ofrecer apoyo o consejo si un miembro del equipo parece abrumado o excedido en sus posibilidades.

Es importante chequear a los empleados nuevamente en tres o cuatro semanas para ver si algunos de esos síntomas aún se dan. Si ocurre, hay que derivarlos a un especialista en trauma. Durante ese tiempo, hay que mantener una ‘espera vigilante’ (una mirada tranquila sobre ellos). Cualquier comportamiento que se salga de lo común entre los miembros del equipo es un indicador de que no todo está bien.

Recuerde que usted es también parte del «efecto onda del trauma». Note sus propias emociones y no se sorprenda si también siente alguno de los síntomas mencionados u otros que salen de lo común. Asegúrese de cuidarse y decirle al resto que también lo haga.

Fuente: http://dartcenter.org/content/managing-haiti-story
Bruce Shapiro es el director del Centro Dart sobre Periodismo y Trauma, que promueve en el mundo coberturas innovadoras sobre violencia, conflicto y tragedia.

Algunos recuerdos míos de Sarajevo.

Algunos recuerdos de Sarajevo.

Bill Carter dirigió el documental ‘Miss Sarajevo’ que se popularizó debido a la canción del mismo nombre de U2. En abril, el estadounidense fue nombrado ciudadano honorario de Sarajevo debido a la ayuda humanitaria que brindó en 1993 al conectar vía satélite a la ciudad -aislada sin teléfono ni electricidad- para que denunciara la masacre que sufrían por parte de los serbios. Carter contactó con Bono y pudo transmitir a Sarajevo un concierto de U2 y, a la vez, permitir que se conociera el sufrimiento los bosnios.

En uno de los momentos más impactantes del video de la canción ‘Miss Sarajevo’, las jóvenes concursantes muestran una gran pancarta que dice ‘Don’t let them kill us’ (No dejen que nos maten). Entre 1992 y 1993 el pueblo bosnio sufrió 140 mil muertos (más del doble que en el conflicto armado interno peruano) y 38 mil mujeres violadas. De los asesinatos, más de 9 mil ocurieron en la capital bosnia, según cifras oficiales que cita Juan Goytisolo en su libro ‘Cuaderno de Sarajevo. Anotaciones de un viaje a la barbarie’.
Contacté con Bill Carter debido a la noticia del homenaje que recibió en abril.
A continuación, el intercambio de preguntas y respuestas.

JF: ¿Cuál fue su impresión sobre Sarajevo la última vez que la visitó, comparada con la que conoció en la década de los 90?
BC: Hoy Sarajevo es una ciudad detenida en un túnel del tiempo político. Hay muchas personas que quieren que la ciudad, el cantón y el país avancen, progresen, pero debido a cómo se planteó el acuerdo de Paz de Dayton es casi imposible avanzar sin trampas (dificultades) en el camino. Pese a ello, la ciudad está tratando. Hay nuevos movimientos políticos que parecen dirigirse a una nueva perspectiva. Por supuesto, los empleos y la economía van lento y siempre son una gran preocupación La mayoría de sarajevitas urbanos tienen el deseo de salir adelante, pero -como mencioné- es una tarea larga. Dicho esto, tengo esperanza. Obviamente hay personas resilientes, llenas de humor y determinación.
¿Encontró amigos o a las personas que conoció antes? ¿Comentan sobre la salud mental de la población o sobre estrés postraumático?
Vi a casi todos mis amigos en este último viaje. Hubo cenas, bebida y muchas reuniones sociales para ponernos al día. He regresado varias veces desde la guerra y ver a mis amigos del tiempo de la guerra es siempre mi prioridad cuando voy. Nadie habla en realidad sobre salud mental o sobre estrés postraumático, pero no significa que no haya prevalencia. La hay. Creo que el estrés postraumático y el nivel de depresión es el elefante en la habitación del cual nadie habla. Las personas tienen tantas ganas de conversar del corto plazo que pocos se refieren a la salud de largo plazo de la ciudad. Hay daño aquí. Y para alguien como yo, lo veo, lo siento, lo sé. Verás: hay un protovolo tácito en Sarajevo. Cuando uno se sienta con sarajevitas que estuvieron en la guerra, ellos saben si uno estuvo o no. Ellos simplemente lo saben. Y si no estuviste, no hablan realmente sobre la guerra, o si lo hacen es de una manera reservada. Pero cuando voy, me siento a cenar en una mesa con ocho amigos y la conversación se extiende hasta las 2 am. sobre la guerra, la política, el futuro. Allí es cuando ves el espíritu esperanzador del salir adelante y, a la vez, el daño mental que se ha infligido a esta ciudad.
¿Lo sorprendió que lo contactaran después de tantos años para este homenaje? ¿Cómo se sintió durante la ceremonia? ¿Cuán especial es este reconocimiento?
Fue una ceremonia muy especial. Nada de lo que hice en Bosnia fue hecho para lograr este reconocimiento de ciudadano honorario. Lo hice porque por muchos motivos sentí que no tenía alternativa. Que me contactaran y me dijeran de este premio prestigioso fue una sorpresa y un honor. Nunca lo pensé en estos años. Estaba ocupado con mi vida y siempre contento de ver a mis amigos cuando iba a Sarajevo. Que me situaran en una dimensión nacional fue impresionante. Acerca de cuán especial es este premio, dije durante mi intervención que probablemente marque un hito, aparte de haber sido padre, es la cosa más importante que haya hecho en mi vida. Entonces, ser reconocido por esto, por personas que fácilmente no dan crédito a los foráneos durante esta guerra, me toca en lo más profundo emocionalmente.
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Sarajevo en el 2004 era una bellísima ciudad que aún tenía agujeros en el 70% de las paredes y con letreros de reconstrucción cada cierto trecho. Las miradas de sospecha a los extranjeros que no habíamos estado en la guerra eran fuertes, había mucha molestia con los foráneos que se beneficiaban con los contratos de reconstrucción, casi como en cualquier guerra. Me he preguntado esta semana por qué mi necesidad de escribir sobre esta ciudad en la que estuve sólo tres días y entendí recién que ese pueblo sufrió y murió como el nuestro. Allí las personas aún tenían una carga de lo ocurrido en los años de la violencia -como indica Carter aún ahora-. Aquí todavía pasa lo mismo, en algunos lugares del Perú más que en otros.

La nota de prensa oficial del homenaje
(Alude a cómo Carter llegó a Bosnia cuando la ONU, el CICR u otras organizaciones decidieron no ir a dicha zona y llevó ayuda humanitaria. Destaca que ha dado unas 50 conferencias en universidades como Harvard y NYU contando lo vivido en los años en que Sarajevo estuvo sitiada)
Reseña de la trayectoria del escritor y documentalista Bil Carter

Para quien prefiere la versión original en inglés:
Which were your impressions about the Sarajevo you visited last April compared to the one you knew in the nineties?
Today Sarajevo is a city caught in a political time warp. There are many people who want the city, kanton and country
to move forward, but because of how the Dayton Peace agreement was set up it is almost impossible to fully move forward without numerous pitfalls along the way. However, I think the city is trying. There are new political movements that seem to be speaking to a new mindset. Of course jobs and the economy are slow and always a large concern. Most urban sarajevians have a desire to move on, but as I said that is a large undertaking. That said, I have hope. Obviously they are a resilient people, full of humor and determination.

Did you encounter your friends or the people you met in the past? If so, what do they say about the population and the post traumatic stress or about mental health?
I saw almost all my friends this last trip. There were dinners, drinks and many social occasions to catch up. I have returned several times since the war and seeing my wartime friends is always my priority when I arrive. As for PST and mental health, no one really speaks about it, but that does not mean it is not prevalent. It is. I find the PST and level of depression is the elephant in the room no one talks about. People are so eager to speak of the short term that very few people are speaking of the long term health of the city. There is damage here. And for someone like me I see it, feel it, know it. You see, there is an unspoken protocol in Sarajevo. When sitting with locals who were in the war, they know whether you were there or not. They just know. And if you were not they really don’t speak of the war, or if they do they speak about it in a reserved fashion. But when I go I sit at a dinner table with 8 friends and the conversation goes until 2 a.m. about the war, politics, the future, etc. And this is where you see both the hopeful spirit of moving forward, and at the same time the mental damage that has been inflicted upon this city.

I have read a news release about the distinction you recently received. Were you surprised when they contacted you after so many years? How did you feel during the ceremony? How special is this award for you?
The ceremony was very special for me. Nothing I did in Bosnia was done to get this award of honorary citizen. I did it because in man y ways I felt I had no choice. That they contacted me and told me of this prestigious award, well I was shocked and honored. I never thought about it over the years. I was busy with life and always happy just to see my friends when I went to sarajevo. To be placed on a more national stage was a shock. As for how special is this award. I stated in the speech it probably marks a span of time that, other than having a child, is the most important thing I ever did in this life. So to be recognized for this, by a people that don’t easily give credit to outsiders during this war, it hits me at the deepest emotional core.